El sol tiene una forma especial de iluminarnos, sin importar dónde estemos. Clara es un robot de inteligencia artificial (IA) alimentado por energía solar, diseñado para acompañar a niños, con gran capacidad de observación, razonamiento y empatía. Se sienta en un escaparate, observando a la gente en la calle y a los niños que curiosean. Siempre espera que alguien la elija pronto, pero cuando surge la posibilidad de una situación que le cambie la vida, Clara recuerda que no debe confiar demasiado en las promesas humanas. En Clara y el Sol, Kazuo Ishiguro observa la cambiante sociedad moderna a través de la mirada de un narrador inolvidable y explora una pregunta fundamental: ¿Qué es el amor?
Primera parte Cuando Rosa y yo éramos nuevos, estábamos en el centro de la tienda, en el lado cerca de la mesa de revistas, con una vista a través de la mayor parte de la ventana. Así que podíamos mirar hacia afuera: los oficinistas que pasaban apresurados, los taxis, los corredores, los turistas, el mendigo y su perro, la parte inferior del edificio de RPO. Cuando nos acostumbramos al entorno, el gerente nos permitió caminar hasta el frente de la tienda, detrás de las ventanas, y luego vimos lo alto que era el edificio de RPO. Si llegábamos allí en el momento adecuado, podíamos ver el sol en su camino, pasando entre los techos de los edificios, de nuestro lado al lado de RPO. Cuando tenía la suerte de verlo caminar así, estiraba mi cara y absorbía todo lo que podía de su alimento; si Rosa estaba conmigo, le pedía que hiciera lo mismo. Después de un minuto o dos, teníamos que regresar a nuestra posición original; Cuando éramos nuevos, nos preocupaba que cada día nos sintiéramos más débiles, porque a menudo no veíamos el sol en medio de la tienda. El chico AF Rex, que estaba a nuestro lado en ese momento, nos dijo que no nos preocupáramos, que el sol siempre encontraría la manera de brillar, sin importar cuánto esperáramos.